Dr. Israel Sandre Osorio
Docente-Investigador
Multiversidad Mundo Real Edgar Morin
El lunes 9 de agosto de 2021, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, publicó su informe científico sobre el cambio climático, en el que se dio a conocer que “los daños causados al planeta son irreversibles y la humanidad es la responsable”. Mencionaron que la situación se agravará porque las temperaturas aumentarán irremediablemente hagamos lo que hagamos, la temperatura global seguirá aumentando, los hielos continuarán derritiéndose y el nivel del mar aumentará inevitablemente (Carrere, 2021).
El panorama es igual de desolador para América Latina, el IPCC señala que en la región la temperatura media continuará aumentando a tasas mayores que el promedio global; habrá un aumento en los niveles del mar, lo que contribuirá a un incremento de inundaciones en regiones costeras bajas de la zona; habrá un aumento en los días secos y la frecuencia de las sequias; disminuciones en la nieve y el hielo y aumentos en las inundaciones pluviales y de ríos y la aridez; las sequías agrícolas y ecológicas aumentaron de manera continua (Martins, 2021).
Sin embargo, también, mencionaron que aún estamos a tiempo de evitar una catástrofe climática, consiguiendo limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 °C y para logarlo se hace necesario reducir de manera drástica las emisiones de gases de efecto invernadero de manera rápida y sostenida, ello, mediante el abandono de los combustibles fósiles (petróleo y carbón), para limitar el impacto del calentamiento global (Carrere, 2021).
Hoy, pese al panorama tan desolador en el que nos encontramos, estamos, aún a tiempo de contrarrestar los efectos adversos que a lo largo de siglos de explotación irracional de la naturaleza hemos generado en ella.
Los primeros atisbos de la frágil relación entre progreso, de crecimiento económico y de dominio de la naturaleza, comenzaron a visibilizarse de manera más recurrente a principios de la década de los setenta y las diferentes problemáticas ambientales pasaron de ser una preocupación de carácter local, regional, nacional y/o enfocada en un continente a ser de preocupación planetaria.
De esta manera, siguieron diversos movimientos ambientalistas que denunciaron y visibilizaron diversas problemáticas ambientales, su objetivo buscar generar conciencia entre la sociedad y gobiernos del mundo para buscar frenar los diversos problemas ambientales que se cernían sobre el frágil ecosistema del planeta.
El problema ambiental se pensó como un problema que podría ser resuelto mediante su abordaje a través del conocimiento científico y técnico, es a la ciencia a quien le correspondía contribuir al conocimiento sobre los procesos naturales y cómo revertir los efectos de las acciones humanas equivocadas o desproporcionadas (Sotolongo y Delgado, 2006). Se buscó generar soluciones de carácter fragmentado, con visiones disciplinares, que respondieran de manera directa a cada caso de manera particular, sin entender la dinámica, diversidad de actores (autoridades, comunidades, científicos, etcétera) y elementos (sociales, culturales, políticos, económicos, etcétera) presentes en cada caso en específico. Componentes entrelazados y que se rehúsan a ser analizados de manera fragmentada; las dimensiones políticas, económicas, biológicas, químicas, tecnológicas, climáticas se entremezclan y pierden sus límites (Sotolongo y Delgado, 2006).
Es entonces, necesario, la incorporación, en la búsqueda de solucione para el problema ambiental, de nuevas miradas epistemológicas que se caractericen por la integración de lo complejo como elemento fundamental para reflexionar sobre el vínculo entre ciencia y el tema ambiental.
Es Edgar Morin, quien intentó dar cuenta de la epistemología de la complejidad a partir de su contraste con el “pensamiento simplificante”, propio de la ciencia moderna (Morin, 2004), como una apuesta epistemología a una nueva visión de la realidad y al tema ambiental. Morin distingue complejidad de complicado, indicando que en tanto la complejidad es una cuestión ontológica, una realidad que precisa el surgimiento de una nueva epistemología, lo complicado hace referencia a la insuficiencia metodológica para comprender cuestiones con demasiadas aristas presentes.
Morin, define a la complejidad como un tejido “de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico” (1998: p. 4). El objetivo de la complejidad es “concientizar acerca de las relaciones que han sido disueltas a través de la separación entre disciplinase, entre categorías cognitivas y entre tipos de conocimientos (Morin, 1985, citado por Eschenhagen, 2007).
Lo que busca es pensar la multidimensionalidad, para poder pensar y entender la realidad de una manera menos mutilante, se busca aceptar y tratar de aprehender la multiplicidad de relaciones dque se establecen entre diversos elementos, por sobre el estudio de los objetos mismos, de manera aislada.
Dentro de su propuesta, en búsqueda de la integración de lo complejo en el tema ambiental, Edgar Morin, pone atención a: El holismo, la necesidad de considerar el vínculo existente entre el organismo (objeto) y su medio ambiente, ya que esta relación no puede ser entendida sin tener en cuenta el ambiente y sus relaciones (Morin, 2004). Entender una entidad sólo es posible si se la sitúa en su ambiente y se comprenden las relaciones entre ésta y el medio que la rodea. La historia e interacciones
constituyen aspectos no reductibles a los componentes.
El holismo implicaría que la investigación científica debe tomar en cuenta todos y cada uno de los subsistemas que pertenecen al sistema complejo de forma irreductible, teniendo en cuenta que tal problemática no puede ser analizada ni comprendida a través de un enfoque fragmentado, ello, debido a la interdependencia de los componentes que lo integran.
Interdisciplinariedad, ante esta separación, en la cual la complejidad de lo humano se simplifica a través de la fragmentación disciplinar, Morin, propone la interdisciplinariedad como una aproximación metodológica para superar el paradigma simplificador y rescata a la ecología, como modelo interdisciplinario: …la ecología constituye “una ciencia de nuevo tipo que, contrariamente al dogma de la hiperespecialización que ha regido el desarrollo de las disciplinas científicas, exige un saber global competente en diferentes dominios. El pensamiento ecologizado posee un aspecto paradigmático, pues rompe con el paradigma de simplificación y disyunción y requiere un paradigma complejo de la auto-eco-organización” (Morin 1996, p. 1).
En este sentido, dentro de la ecología convergerán diferentes disciplinas, que funden una nueva forma de conocimiento acorde al pensamiento complejo. De este modo, el humano se sumerge en una visión ecosistémica en la que no se separa el aspecto cultural del biológico.
Y por último, Morin, sostiene un principio de incertidumbre que rechaza la concepción clásica de leyes deterministas que rigen el Universo, planteada desde las ciencias naturales. En este sentido, para Morin todo fenómeno tiene tanto aspectos aleatorios como deterministas y por ello el aumento de la complejidad implicaría un aumento tanto en el orden y en la organización como en el desorden.
En suma, el desafío ambiental que enfrentamos en la actualidad se encuentra soportado en prácticas de producción y consumo del sistema capitalista, en el que impera la acumulación de riquezas sobre cualquier costo social o ambiental, por lo tanto, no puede esperarse que de este sistema surja una solución que permita afrontar la crisis ambiental, a menos de que se produzca
un cambio de paradigma.
Aquellas voces que divulgan que aún no es tiempo de alarmarse, son incapaces de darse cuenta que la brecha del deterioro ambiental se agranda año a año a un grado irreversible y que las medidas utilizadas para frenarlo, hasta este momento, han resultado insuficientes y muchas de las veces inapropiadas. En ese sentido, desde de la complejidad es posible concebir una nueva relación, en la cual la integración desde una perspectiva armónica, resignifique, por un lado, el valor y el respeto a toda forma de vida y ubique al ser humano como una especie más de la naturaleza, dejando de lado la dualidad enajenante que se ha construido históricamente entre el ser humano y la naturaleza.
Bibliografía
Carrere, Michel. (2021, Agosto). Informe del IPCC sobre cambio climático: daños causados al planeta son irreversibles y la humanidad es la responsable. Mongabay. Periodismo Ambiental Independiente en Latinoamérica. https://es.mongabay.com/2021/08/informe-ipcc-cambio-climatico-calentamiento-global/
Eschenhagen, María Luisa. (2007). Diversas consideraciones y aproximaciones a la noción de complejidad ambiental. Gestión y Ambiente, vol. 10, (núm. 1, mayo), pp. 83-93. Recuperado de
https://www.redalyc.org/pdf/1694/169419796006.pdf
Martins, Alejandra. (2021, Agosto). Cambio climático: los fenómenos adversos a los que se enfrentará América Latina, según el contundente informe de la ONU. BBC. NEWS/MUNDO.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-58191363
Morin, E. (1996). El pensamiento ecologizado. Gazeta de antropología 12:01.
Morin, E. (1998). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa.
Morin, E. (2004). Epistemología de la complejidad, Gazeta de Antropología, 20. Disponible en:
http://hdl.handle.net/10481/7253. Acceso en: 10 Abr. 2015. Morin, E. (2004b), Introducción al pensamiento complejo. México D.F.: Gedisa.
Sotolongo Codina, P. y Delgado Díaz, C. (2006). “Complejidad y medio ambiente,” en La revolución contemporánea del saber y la complejidad social. Hacia unas ciencias sociales de nuevo tipo. Buenos Aires: CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, pp. 165-177.
El problema ambiental es fndamentalmente un problema epistemológico, de la forma como entendemos el conocimiento y de la cosificación de lo que los griegos primero y despues la ciencia clásica llamo «naturaleza» y que desde la complejidad sería más conveniente analizar como la relación ecosistema-cultura. Dentro del concepto de ecosistema hay varios niveles y nuestro planeta sería el ecosistema planetario conformado a su vez por muchos ecosistemas locales, cada uno super especializado y producto de la coevolución de miles de especies durante millones de años en la deriva de la segunda ley de la termodinamica que hace con cada ciclo… Read more »
Excelente conocimiento para ponerse al tope sobre complejidad en razonamiento del ser humano con respecto a la supervivencia por la naturaleza ambiental.